Cómo
decirte Señor que te quiero,
sin
despertar tu ira y tu dureza,
que de sólo
pensarlo, tiemblo?
Cómo
desenquistar este deseo,
esta
ansiedad despavorida,
que por sentirla
me avergüenzo?
Atada a
Vos, sedienta, te espero,
para
convertir mi barro en vasija,
con tus
hábiles manos de alfarero...
Tu
sustancia Señor, es mi alimento,
fecundación
de todos los días,
a pesar de
que te encuentres lejos...
Cómo
decirte Señor que te quiero,
si te amo
tanto, mi vida es servirte,
y como tu
fiel esclava te pertenezco?
ålgåmå®înå
setiembre de 2006