Hombre de la tierra,
de la tierra más árida,
de la desangrada greda,
que se hace polvo,
resquebrajada y seca...
Hombre de la piedra,
de la piedra más dura,
en las cumbres enhiestas,
fuerte roca volcánica,
de inmortal existencia...
Hombre de la madera,
de la madera más noble,
tallador de prudencia,
un ebanista fecundo,
transformador de materia...
Hombre de la pradera,
de la pradera más fértil,
con campos de violetas,
serpenteo de arroyos,
cultivador de esencias...
Hombre de la selva,
de la selva lujuriosa,
caliente, tórrida, sedienta,
semental de pasiones,
aroma y sabor a esperma...
Hombre de las sierras,
de la sierras infinitas,
con amor de hierbas,
dulzura de fruta madura,
y un cielo azul-turquesa...
Hombre de mis fuerzas,
de mis fuerzas absolutas,
con el poder de mi entrega,
es mi Dueño, Amo y Señor,
y yo... su esclava eterna...
ålgåmå®înå
agosto de 2006