La noche
está fría,
sobre la
muralla,
de tu
castillo Señor,
con
pedestal de agua...
El cielo
está plomizo,
sin luces
reflejadas,
el mar en
silencio
y las olas
calladas...
Me vestí de
fiesta,
con la
esperanza,
de tu
visita ecuestre,
corcel de
mis ansias...
Habrá otros
horizontes,
bebiendo tu
prestancia,
tal vez
dudas, miedos,
o luchas
sin espadas...
Siempre te
espero Señor,
sin
sentirme abandonada,
confío en
que vendrás por mí,
prisionera pura de tu alma.
ålgåmå®înå
setiembre de 2006