Frescura para mi fiebre...

Mi cuerpo esta cubierto,

por tu manto transparente,

etéreo, húmedo, adherido,

como protección exigente,

de tu potestad renovada,

y de un amor refulgente...

Tienes la capacidad, Señor,

como magnífico Sol naciente,

de marcar tramos en el camino,

con etapas, hasta el poniente,

convirtiendo cada nuevo amanecer,

en ciclópea magnitud diferente...

Tienes el poder, mi Señor,

de ser el Dueño de mi mente,

de mi voluntad, de mi corazón,

de mi cuerpo y libertad inherente,

mi único deseo es tu felicidad,

y tu gozo eterno de tenerme...


Mi cuerpo esta cubierto,
por tu manto transparente,
húmedo, mojado, pegado,
como frescura para mi fiebre,
que no me oculta ni encubre,
como mi entrega por siempre...

ålgåmå®înå

octubre de 2006