A mi único Guerrero...

A mi único Guerrero:

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Te yergues frente a mí, imponente,

como la luz del universo desatada;

te ves bello, inalcanzable, fuerte,

tan salvaje y tierno ante tu esclava...

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Cada músculo debajo de tu coraza,

tiembla, se tensa, bulle y repica;

cuando la lámpara tibia de mi alma,

con mis labios, tus pies transita...

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Ya no hay furia en mí, ni ataco,

ni me lanzo en desesperada lucha;

mi horizonte está en tu corazón,

mi libertad y voluntad, son tuyas...

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ålgåmå®înå

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setiembre de 2005

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