No hay luz a mi alrededor,
sólo sombras y recuerdos,
el día suspendido, alertargado,
inmensamente abierto,
como mis brazos y mis piernas
y mi corazón entero...
De rodillas, en la niebla,
deseándote, así te espero,
desde el suelo, a tus pies,
siento tu cálido aliento,
de fiera aún no saciada,
buscando su alimento...
Así estoy, soy tu presa,
en la tierra y el firmamento,
eres el que acecha, el que cuida,
el que se sirve, eres mi Dueño,
también el que ama, goza,
y se estremece con el viento...
No hay luz a mi alrededor,
sólo sombras y recuerdos,
mi piel espera tu piel
y mi cáliz para vos está abierto,
inmensamente húmedo,
con tu collar en mi cuello...
ålgåmå®înå
marzo de 2006