Cuánto me falta aprender Señor,
del significado de tus silencios,
de los motivos de tus pausas,
de este cielo sin firmamento...
Cuánto falta para merecerte,
y para lograr mi crecimiento,
tu piedra es una porquería,
de roca innoble y de desecho...
Cuánto deberás perdonarme,
o cruelmente castigarme por ello,
tu perra no tiene pedriguee,
pero su amor es auténtico...
Cuánto me falta aprender Señor,
dando gracias por mi cautiverio,
sólo deseo tu gozo y felicidad,
que tendrás a cualquier precio.
ålgåmå®înå
agosto de 2006